¿Cómo puedo ayudar a sostener lo insostenible en tiempos de cuarentena?
- Opinión desde la Ventana
- 20 mar 2020
- 3 Min. de lectura

Paúl Watzlawick en 1973 escribió: “Llevar una vida amargada lo puede cualquiera, pero amargarse la vida a propósito es un arte que se aprende, no basta tener alguna experiencia personal con un parde contratiempos”. Actualmente, nos enfrentamos a una emergencia de salud mundial, por mucho, la más compleja que gran parte de nosotros hemos visto y vivido. La pregunta que desde hace unos días me inquieta es: ¿Qué hacemos (o no) para amargarnos la vida en tiempos del COVID 19?
Es difícil pensar que, de una u otra manera, somos responsables de nuestra desdicha; sin embargo, los ejemplos sobran, algunos de los cuales se expondrán en las líneas siguientes.
Primero, muchos, vale la pena aclarar que no todos, tenemos arraigado un pensamiento distorsionado cuyo contenido aparentemente es “soy indestructible”; es obvio, cuando salimos a las calles en búsqueda de quién sabe qué, aún sabiendo que permanecer en casa (cuando podemos hacerlo) es quizá la forma más eficaz de prevenir el contagio, es decir, de protegernos y proteger a los nuestros.
En la misma línea, la siguiente distorsión del pensamiento con la que nos encontramos es la del “debería”. Posiblemente, en algún momento en el transcurrir de estos días escuchamos decir: “debieron cerrar las fronteras antes, deberíamos tener un mejor sistema de salud”, entre otros deberían; mismos que, lo único que consiguen es mantenernos en una utopía sin permitirnos adquirir los recursos y las habilidades que necesitamos para afrontar la realidad.
Por otra parte, y esto más relacionado con aquellos que hemos decidido quedarnos en casa, tendemos a sublimar el pasado, en otras palabras, lo idealizamos, convirtiéndolo en una fuente inagotable de aflicciones. En este sentido, nunca falta el o la que se aburre y piensa constantemente en las diligencias que estaría realizando, en lugar, de explorar y abrirse a todo el conjunto de actividades que puede realizar y las habilidades que puede desarrollar quedándose en casa.
Por último, entre los ejemplos, es relevante citar el patrón de comportamiento denominado “más de lo mismo”. La información es importante y necesaria, mucho más, en tiempos de emergencia en una sociedad global; sin embargo, nunca falta aquel que se satura con información de fuentes cuya objetividad y veracidad es dudosa, se llena de emociones negativas y pensamientos desadaptativos; después, para liberarse de tales emociones y pensamientos busca más información; y así, esta actividad se convierte en un ciclo sin fin de más de lo mismo.
Una vez que hemos señalado algunos ejemplos de cómo, muchas de las veces, sin ser conscientes estamos siendo causantes de nuestra propia desdicha; como cierre y por salud mental nos permitimos sugerir: primero, identifica tus pensamientos distorsionados, tus emociones negativas y tus conductas desadaptativas; segundo, somételos a un análisis de beneficios y perjuicios, qué tanto bien o mal te hacen (te ayudará a conocerte); tercero, busca alternativas, planifica actividades para realizar durante el día, si te es posible ejercítate y comparte tiempo en familia; por último, accede a fuentes oficiales de información, no te satures, con informarte dos veces durante el día será suficiente.
Recuerda que como Dostoievsky y Dyer, respectivamente, dijeron: “el hombre es desdichado porque no sabe que es dichoso, solo por esto, quien lo reconozca será feliz en el acto, en el mismo instante”; y, “si cambias la forma en que miras las cosas, las cosas que miras cambian”.
Autores:
El mundo del Insight (Proyecto de la Psic. Mayra Gómez y el Psic. Diego Rodas)
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